Alma y formación dan vida a la empresa
El alma es ese motor intangible que nos lleva a cruzar mares y desiertos. El término alma o ánima (del latín anima) se refiere a una entidad inmaterial que poseen los seres vivos. Las empresas no lo son en el sentido biológico, pero si en el filosófico y el económico. Pero al igual que las personas, se esconde en el interior de las empresas.
Hay quién presume de dotar de alma a los negocios, y quién la descubre al poco de aterrizar en la empresa, pero lo importante es reconocerla, porque en ella está la fuerza que impulsa el talento. Pero éste no sirve de gran cosa sin el trabajo. Raro es el éxito que viene con uno solo de estos valores.
La formación es al trabajo lo que el agua a la vida. No exageramos. Sin formación el trabajo es una infructuosa pérdida de tiempo.
El orden, el método o la técnica son los recursos que recorren las venas que dan vida al trabajo y, como el fluido sanguíneo, la formación es el componente esencial.
Vivimos momentos de confusión en el campo de la formación a todos los niveles. Estamos ante una revolución tecnológica que hace dudar de la eficacia del sistema de enseñanza actual, pero no debemos temer estos cambios, siempre positivos porque están vinculados al alma de las personas o de las empresas. Lo que nos debe preocupar es la inacción ante los nuevos retos de formación y la parálisis normativa si viene dada por codiciosos intereses con vistas al corto plazo.
Publicado en revista online Talentoynegocio Nº 12
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