El talento necesita formación no solo en idiomas, sino también en valores y educación social
Hablamos de formación. Las transformaciones del panorama empresarial coinciden en un aspecto fundamental que afecta a este asunto. El conocimiento de idiomas se ha vuelto indispensable en la formación en un entorno cada vez más global. Pero esta afirmación queda un poco anticuada si nos referimos únicamente al aprendizaje del idioma. Si tan solo bastara con saber inglés, por ejemplo, las empresas españolas ya hace tiempo que estarían liderando mercados, o al menos estarían bien consideradas. Pero la realidad es que no es suficiente el idioma como competencia profesional.
Necesitamos que las empresas consideren a sus empleados como embajadores y, también, que reconozcan a sus marcas como banderas que representan valores sólidos y compartidos por todos los que trabajan en ellas.
Hablamos de cambios en la cultura de empresa que han de dirigirla a hacia un entorno rico en matices culturales y de sensibilidades que hay que saber apreciar y respetar.
Para las personas que participan en procesos de internacionalización empresarial advertimos: No basta con aprender tres idiomas, sino que hay que aprender también tolerancia y respeto. Estos valores son requeridos, por ejemplo, en todos los mercados en los que participan países emergentes o potencias económicas relevantes.
En resumen, no se trata de tener modales y aparentar buena educación, sino de presentar y extender asertivamente unos valores propios. De esta manera demostraremos que no solo nos esforzamos en comunicarnos, sino que respetamos la cultura de nuestros interlocutores a la vez que nos enorgullecemos de la nuestra.
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