El Brexit inquieta a las empresas y al mundo como factor desestabilizador de la economía global
El Brexit va a mostrar muy pronto su dimensión como factor desestabilizador de la economía mundial. Es el comentario más extendido en todos los foros en los que se habla de economía e industria.
¿Qué tiene de malo? Pues es muy sencillo de explicar: Nadie ha pasado por esta experiencia antes. Gran Bretaña tiene claro qué hacer, por mandato democrático, pero no cómo lo debe hacer. Europa, en cambio, tiene claro que se ha de hacer deprisa, pero tampoco sabe cómo debe gestionar esta ruptura. Vamos, es un matrimonio roto y un divorcio difícil, pero ningún juzgado ha emitido sentencia antes en un caso así.
Por ahora todo sigue igual, pero ya se van notando ciertas posturas y movimientos. La lentitud es inevitable porque el matrimonio tiene muchas propiedades y recursos que deben ser resueltos con justicia equilibrada para ambas partes. Esa lentitud da tiempo a los mercados para adaptarse si hacen sus deberes. Por eso no hay un efecto catastrófico inmediato, pero los cambios se notarán cuando el tiempo ponga todo en su sitio.
Europa como mercado único debe sobreponerse pronto porque la vida sigue. Esa es la máxima que sigue el parlamento europeo. Gran Bretaña tiene otros mercados y se recuperará antes de lo que muchos creen. La defensa perseverante de sus intereses es una realidad histórica y no tiene igual. Por todo ello, quizá, es por lo que se insiste por estas tierras en que hemos de aprender inglés para poder trabajar.
Este artículo ha sido leído por 42 visitantes únicos