Se hace imperativo reclamar el derecho a emprender en España, porque las trabas para abrir negocios son todavía muchas en comparación con países de nuestro entorno
Es tiempo de emprendimiento, sin duda. Se nota que desde altas instancias ministeriales se quiere fomentar esta función social mediante soluciones que van desde la implementación de una cultura empresarial desde la escuela a las ayudas y facilidades para el inicio de negocios. Pero todo se hace a medias.
Aquí llevamos emprendiendo desde hace años y lo que vemos es que, desde las fuerzas políticas y la administración pública, la voluntad que ponen es buena, pero la realidad que no quieren ver es otra. España no facilita el emprendimiento porque no se afronta el tema como en otros países. Y mucho nos tememos que no va a cambiar.
Para que el emprendimiento cumpla su función social hay que corregir el sistema de pagos a proveedores, simplificar y reducir las exigencias administrativas y facilitar el pago de impuestos sin criminalizar al contribuyente. Después de corregir estos y otros aspectos, el talento emergente y creativo del que presumimos, podrá aflorar y repoblar el pedregoso panorama actual del emprendimiento.
Las empresas que nacen ahora están gestionadas por personas con actitud heroica que, desde estas líneas, reconocemos y aupamos.
Al tejido administrativo de apoyo al emprendimiento le pedimos que en el 2016 fomente la cultura de la reivindicación del derecho a emprender sin las trabas que hemos mencionado. De esta manera el talento creativo con la marca España saldrá a la luz en igualdad de condiciones que en los países más competitivos.
¿Ha quedado claro el mensaje?
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