Lo sabe todo el mundo: La empresa no nace sola sino en un entorno social amplio y de gran competencia
Los mercados son caldos de cultivo en los que las ideas brotan hasta convertirse negocios. Pero ocurre que el proceso evolutivo se lleva a la gran mayoría de éstas por delante. En este fenómeno de creación es importante destacar que solo las que se adapten a las circunstancias con perseverancia podrán sobrevivir. Es la ley de la selección de la naturaleza aplicada al mundo de los negocios
Claro está que existen combinaciones afortunadas que dan lugar a negocios breves e intensos, pero son casos poco frecuentes. También están aquellos negocios que están ensombrecidos por la sospecha de la corrupción, que deben ser castigados en justicia para que no cunda el mal ejemplo. Pero lo que más y mejor crece es la empresa hecha con conocimiento, talento y esfuerzo, la que crea admiración.
La empresa la hacen las personas, la clientela, el personal laboral, los proveedores, todos son seres de carne y hueso y cumplen un papel determinante en el impulso y crecimiento. Por eso queremos resaltar en este número el papel de los RR.HH. y la importancia de respetar y valorar la aportación individual de las personas que hacen que las empresas salgan adelante.
Hoy se hace mucho hincapié en los objetivos, las motivaciones, la dirección, la gestión del talento… Todo el mundo sabe que hay que hacer, pero me temo que ya no se escucha. Se ha perdido algo de oído, una facultad que toda persona emprendedora debe tener al cien por cien activada. De nada sirve saber curar enfermedades si no escuchamos el lamento, la queja, el feed-back que nos lleva al diagnóstico.
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